La historia de Robertaa

Es miércoles, son las 9 de la noche, y gracias a una chica muy guapa que hace dos días me comento en voz baja: ¡Estas engordando! – solo me prepare una saludable sopa rusa al estilo Borch, donde lo que predomina es el pure de tomate y un poco de picante.

Pero mientras la preparaba, no dejaba de meditar sobre un dialogo que había sostenido Gerónimo apenas unas dos horas antes con Robertaa.

Gerónimo estuvo casi 17 años sin visitar el lugar donde nació y creció. Emigro de manera organizada a tierras más prosperas cerca a sus 40 años, al poco tiempo de hacerlo, apenas unos meses, su madre fallece, él no la pudo visitar y acompañar hasta su tumba. Junto a otros eventos de su nueva vida, los deseos de volver algún día a su país desaparecieron con su madre.

Una noche, disfrutando de un lujoso apartamento al cual se había mudado, y maravillado de su nuevo espacio, mientras descansaba en su cama, recibe una llamada, eran pasada las 10 de la noche, la llamada no era local, al contestar el teléfono se da cuenta que era uno de sus clientes, y le pregunta a Gerónimo:

– ¿Estas listo para viajar?

Tras la pregunta, su respuesta afirmo esa posibilidad; su cliente le cuenta que piense en organizar la participación de su empresa ante un evento internacional. Que él, (su cliente) se encontraba fuera y que a su llegada discutirían los términos y las acciones a seguir.

De esa manera y solo así, sin proponérselo ni pensarlo, fue que Gerónimo visito nuevamente el lugar donde había nacido.

Tras unos meses, Gerónimo hizo una visita corta de solo cinco días, para regresar una semana después por un tiempo más largo, estaba solamente enfocado en el trabajo que debía hacer.

Pero no dejaba de estar encantado con lo que veía, más que todo, por volver a ver los portales con piso de mármol por la calle Reina en Centro Habana por donde mataperreo montando patines de hierro con todos los amigos del barrio donde vivía su abuela, por ver lo arboles que había dejado a media altura, frondosos y descuidados a todo lo largo de la bajada y salida o entrada de Alamar, o la casa que construyo para dejarle a su madre; el encuentro con los amigos más antiguos y más cercanos con los que hacía años no había tenido incluso contacto alguno, según me cuenta, el cree que, hizo mucho para el poco tiempo que estuvo.

Desde que él se embarcó en ese proyecto, contacto a un amigo, sabía que solo en él podía confiar para tener éxito, ese amigo fue su anfitrión durante todo el tiempo que permaneció allí.

Justo el primer día en llegar y luego de sentirse visiblemente emocionado en casa de su amigo y sin tener ningún plan concreto, su amigo le dice; ponte un short que nos vamos para la playa, sin saber ningún tipo de detalles, lo acompaño.

Recuerda Gerónimo que eran cerca de las 4 de la tarde y el día estaba un poco nublado, pero ante tanta seguridad y disposición de su amigo, no dudo en acompañarlo, solo le comento que una amiga los estaba esperando.

Así salieron en un antiguo auto soviético modelo Lada, que posteriormente bautizaron el camioncito rojo, ya que sirvió para transporte de todo tipo de cosas. El viaje, hasta las playas del este de la habana, según cuenta Gerónimo, resulto todo un viaje de nostalgia, ya que ese recorrido le resultaba muy familiar de los años que vivió en su país.

Le impactaba mucho la vegetación, más que todo, porque conservaba aun en su memoria una visión general de la estatura de los árboles que había dejado años atrás, y nuevamente, al rencuentro con los mismos lugares podía notar el crecimiento, la frondosidad de cada rama y su color verde brillante de una típica isla tropical, sabiendo que realmente todo se ocultaba detrás de un descuido, pues ya se había adaptado a que, a los árboles y jardines también se les debe cuidar y podar, manteniendo en sí, también su belleza y color natural.

Al llegar al lugar indicado, se da cuenta, que no es más que un sitio donde en una especie de carpa blanca había un sin números de personas bebiendo, comiendo y muchas conversaciones en paralelo con una música ruidosa de fondo.

Llegaron bajo la lluvia, y por lo que recuerda, le impresionó que, aun así, una persona con un chaleco se les acerco para asistirle con el parqueo, algo que le resulto totalmente innecesario. Con el tiempo comprendió que era normal y común que siempre llegaras en un auto a cualquier lugar, alguien estuviera cerca para orientarte con el parqueo, por unas pocas recompensas.

Al entrar en la zona de la carpa y siguiendo los pasos de su amigo, van directo a una mesa donde se encontraban dos chicas de mediana edad, su amigo presento a Gerónimo antes estas dos chicas y según cuenta él se sintió un poco intimidado, pero solo era importante seguir y complacer los ofrecimientos de su amigo. Las conversaciones en paralelo se hacían más ruidosa, mientras aumentaba el volumen de la música y el frenesí de las mesas adyacentes.

La lluvia seso, y siguiendo los pasos de los demás se dirigieron a la playa, bastante distante de aquel lugar, cuenta que se alejaron en el camioncito rojo. Llegaron a una zona de playa muy tranquila, ya eran cerca de las 6 de la tarde, pocos bañistas, teniendo en cuenta que era el mes de octubre. Debatían la idea quien sería el primero en entrar al agua, cuenta que realmente estaba fría, siendo el mes de octubre, la puesta del sol estaba casi por ocurrir.

De las dos muchachas, Gerónimo me conto que, una de ellas era descendiente rusa, una bella mujer de mediana alta estatura, pero muy divertida y dispuesta siempre a llevar el protagonismo, la otra una chica más tranquila de bello y largo cabello rizado, visiblemente perturbada con algunas ideas en su mente y que casi por obligación con ella comenzó a tener una conversación más cercana.

Ya casi cayendo la noche, continuaban sentados en la arena a la orilla del mar; mientras su amigo con la rusa, tenían conversaciones más íntimas. Gerónimo conto que el solo conversaba con la perturbada chica acerca de experiencias mutuas y algunos que otros consejos por la diferencia de edad que se tenían y las experiencias tan diferentes que habían vivido ambos a lo largo de cada una de sus vidas.

La noche comenzaba a ser ventosa y fría, finalmente su amigo y la descendiente rusa que, en realidad eran los que llevaban la iniciativa, decidieron muy animadamente recoger todas las pertenecías he ir a comer algo a la ciudad, pero sin antes pasar por un comercio y comprar unas cuantas bebidas, todo indicaba que el júbilo y la compañía aún no había llegado al final. Cerca de la media noche, encontraron un sitio adecuado para poder comer, y luego de la comida, cuando ya Gerónimo pensaba que estaba llegando al final del día, su amigo le comunica que llevarían las chicas hasta su casa, que quedaba en el municipio playa, al oeste de la habana, antes de emprender rumbo de vuelta a casa, y a donde realmente el, Gerónimo, quería regresar.

Al llegar a casa de una de las chicas, para su sorpresa, se da cuenta que ellas compartían el mismo espacio, pero no del todo el mismo, pues la rusa, en realidad tenía dos casas, las cuales estaban una casi al lado de la otra y deciden ellos tras varios minutos de conversación casi secreta, comunicarles a Gerónimo que se quedarían todos en aquel lugar.

Gerónimo, confundido con aquella situación, apartado y evaluando el escenario, es abordado por su amigo y la rusa y le piden que duerma en una de las casas acompañado por la otra chica; pero que había un problema. Gerónimo, aun mas confundido, pregunto cuál era el problema, y su amigo y ella le dicen que las preferencias sexuales de esa chica no eran precisamente los hombres.

La confusión en él, por un instante se agudizo, pero reacciono indiferente, en realidad, lo que más necesitaba era descansar luego de un largo día de viaje y las diferentes emociones en el transcurso del día.

Así entro a una espaciosa casa atravesando todo un largo pasillo, entre obstáculos naturales de una ciudad herida y desgastada por el tiempo, donde además lo recibieron muy alegre, dos perros que no recordó la raza. Luego le ofrecieron todo lo necesario para que se aseara y pasara a descansar a la única habitación con aire acondicionado que disponía la casa.

Conto que, tras estar un rato acostado, se presentó la chica, para ese momento ella también había tomado una ducha y le comunica que el ventilador de la habitación adyacente estaba roto y tras varias dudas e ideas, el reacciono ofreciendo un espacio a su lado en la cama y que lo disculpara si le daba mal dormir; ella acepto y se acostó a su lado, cada uno mirando a lados opuestos.

Al día siguiente, al despertar, trato de seguir en la cama la mayor parte del tiempo posible, ya para ese momento la chica no estaba en la habitación, e incluso sintiendo todo tipo de ruido afuera de la habitación, no se quiso levantar hasta que su amigo fuera por él.

Finalmente, ante la llamada de su amigo, Gerónimo se alisto y salió de la habitación, con la idea en mente de finalmente volver a casa con su amigo, pero para su sorpresa, seguían apareciendo ideas que lo alejaban más aun de su gran deseo. Así transcurre casi el total del día y finalmente al caer la tarde, Gerónimo volvió a casa de su amigo, finalmente pudo tomar el descanso que había estado esperando desde hacía ya más de 24 horas.

Tras unas horas de descanso, ya en casa de su amigo, nuevamente le ofrece una vez más otro paseo, pero Gerónimo, muy agradecido y amablemente se disculpa y le comunica que prefiere quedarse en casa para continuar de descanso. Su amigo lo dejo con todas las comodidades disponibles, sin antes pedirle que si cambiaba de idea y quería salir a algún sitio le llamara a su número móvil.

Gerónimo recordó y me conto de que, durante la larga conversación que tuvo con la chica a la orilla del mar, el día anterior, una de ellas había sido que, a la chica, le llamo la atención una prenda que Gerónimo tenía en su mano derecha, se trataba de una pulsera de color verde olivo y carmelita claro, conformada por unas medianas cuentas en forma cilíndricas que componían todo el contorno de la pulsera, ella decía, según Gerónimo, que sabía que estaba asociada a la religión, que su padrino tenía una igual a la de él pero en su mano izquierda;  y que ella había sabido de su padrino que, los principios religiosos eran muy diferentes a los que hasta ese entonces ella había conocido. Gerónimo cuenta que, ante tales comentarios, trato de reducir toda la conversación en torno a ese tema y se limitó a solo unos pocos comentarios.

Ya para el tercer día de estancia, Gerónimo se sentía más descansado, pero también se había hecho evidente que la relación de su amigo con la rusa había alcanzado otro nivel de compromiso, aumentando el tiempo de estar juntos y como consiguiente, Gerónimo de ninguna manera podía evitar compartir tiempo con ellos.

Desde un principio Gerónimo se dio cuenta que la chica descendiente de rusa, ya para ese entonces novia de su amigo, llevaba la iniciativa en cada plan que se hacia fuera de las acciones profesionales de él y su amigo.

La novia de su amigo, tenía un carácter muy entusiasta para cada momento, tomaba siempre la iniciativa ante cada posibilidad que lo tuviera a él involucrado a ella, su amigo y la otra chica, al punto, que antes el deseo por parte de la otra chica en que Gerónimo conociera a su padrino espiritual, aumento la presión para que se materializara tal encuentro, el cual Gerónimo, no tenía voluntad propia ni el objetivo por el cual se materializara tal encuentro, pero tampoco quería negarse categóricamente, ya que sabia que su amigo disfrutaba de cada momento que estaba cerca de ella disfrutando su nueva relación.

Antes la insistencia casi cómplice de todos, Gerónimo se vio llegando a un sitio en el cual, en compañía de la amiga de la novia de su amigo, lo habían dejado, con la escusa que en un rato pasarían por ellos, que no tardarían mucho tiempo en volver, pues solo tenían un medio de transporte, el camioncito rojo de su amigo.

Gerónimo, en compañía de la chica, esa que no tenia preferencia sexual por los hombres, fue conducido por un estrecho pasillo de una vieja casa colonial de la habana, el pasillo era muy largo y transitaron justo al final de esta, para su sorpresa aun quedaba un tramo mas por transitar, una escalera metálica en espiral, muy deteriorada por el tiempo, apenas segura para ser utilizada, se movía de lado a lado e incluso escalones habían sido sustituidos, por espacios muy gráficos que mostraban la altura y fragilidad de cada uno de sus pasos.

Intimidado por aquella situación llego a lo mas alto de aquella edificación, justo la azotea de aquel inmueble de alto puntal, típico de una vieja construcción de principios del siglo XX, la cual no mostraba indicios de mantenimiento desde su construcción.

Al llegar a los mas alto, directamente atravesó una puerta, la cual le dio un poco mas de seguridad, pero fue impactado por las condiciones de vida para las personas que la habitaban. Para su sorpresa, las malas noticias no cesaban, pues a la persona que supuestamente debía conocer, no se encontraban en ese momento. Pero no sin dejarles de animar a él y a la chica que lo acompañaba; le comentan que la espera no seria muy larga, pues el padrino de la chica ya estaba de regreso desde el aeropuerto internacional Jose Martí de la Habana, ya que había ido a recibir a uno de los sacerdotes de IFA más proveniente que visitaba esa tierra periódicamente.

Para Gerónimo, el tiempo fue implacable, no veía el momento en que llegara un salvador y le hiciera ver y sentir las cosas de otra manera, por el contrario, todo lo que aparecía llevaba mas compromiso de espera; seguían llegando personas, y Gerónimo, entre todas las cosas que pensaba era en la escalera en forma de espiral, quería que fuera lo suficientemente sólida para que le diera tiempo a retirarse de aquel lugar.

Tras horas de espera, finalmente llego el padrino de la chica con el sacerdote que todos estaban esperando; Gerónimo recuerda que, estaba sentado en una zona de aquel espacio de apenas tres cubículos, donde no tenía visión ninguna a la entrada, no se levanto en ningún momento, miraba las reacciones de los demás ante la visita que había hecho aparición, al paso de unos minutos, se le acercó el padrino de la chica para saludarle y pedirle disculpas a ella y a él por la espera.

Miles de ideas pasaban por la mente de Gerónimo, mientras veía como cada persona presente en aquel reducido espacio estallaba en jubilo y agradecimiento por la visita que había hecho presencia junto al padrino de la chica. En un momento se dio cuenta que el único que no había tenido contacto visual con el sacerdote de IFA había sido él, pero que también se trataba de una situación casi planeada o enrutada en esa dirección por parte de los presentes en aquel lugar.

Tras largos minutos en aquella situación de suspenso, le dicen que el sacerdote de IFA lo quiere saludar y le invitan a que de unos pasos hacia la entrada principal y que gire a la izquierda, al hacerlo, le levantan un humilde pedazo de tela, que simulaba una cortina, y para su sorpresa, se da cuenta que la habitación solo tenia una cama, que ocupaba el mismo espacio de la habitación; en el centro de la misma se encontraba sentada una persona que con una sonrisa y en idioma ingles se presenta con su signo de IFA y su nombre, le habla que el vive en Nigeria, pero que también pasa mucho tiempo viajando a West Palm Beach, Florida, para impartir algunas conferencia con sus feligreses y hermanos de religión; pero también comienza a decirle algunas cosas a Gerónimo que él no se esperaba. Entre tantas cosas que le dice, la que más le impacto fue referente a:

Que la religión que el representa, también tiene sacerdotes mayores, que son ejemplo para la humanidad, ejemplos que la humanidad debe seguir, por su disciplina, sus valores y su buena conducta en la sociedad, además de una serie de otros valores de integridad, sabiduría y respeto, con los cuales Gerónimo si se sentía identificado y no con otros valores que distaban mucho de su personalidad y en medio de aquella conversación, llega su amigo con su chica rusa, tal como si todo ese tiempo de espera hubiera estado cronometrado por el dios del tiempo.

Gerónimo solo recuerda que, pasado un tiempo ese mismo día, cuando se encontró solo junto a su amigo, le hizo una pregunta; referente a si la había pasado bien todo ese tiempo con su chica en el cual lo dejo solo en aquella peligrosa azotea y luego le comento, que el cree que había sabido cual había sido el propósito de esos primeros 5 días de viaje a su tierra.

Posterior a ese evento, al próximo día, Gerónimo regreso nuevamente a la ciudad donde vivía, para preparar nuevamente el regreso por dos semanas más y completar la tarea por la cual había sido contratado para ese viaje a su tierra natal, pero no sin antes verificar que la persona que se había presentado ante él, en aquel humilde lugar de la Habana era realmente autentica y para su sorpresa, le fue confirmado que realmente era un prominente sacerdote de IFA de talla mundialmente reconocida para su religión.

Unos pocos días posteriores, Gerónimo regresa a la habana, para continuar con su proyecto para su cliente y aunque todavía se notaba envuelto en la situación encantadora de su amigo con su nueva chica descendiente de rusa, de alguna manera se mantuvo siempre una distancia entre ella y el, su amigo era quien continuaba con la carga de su nueva relación y lo que representaba cumplir con el proyecto profesional en el cual los dos se habían comprometidos.

El proyecto, en el cual Gerónimo siempre transito por un sin números preocupaciones, finalmente termino en un éxito totalmente insuperable para el entorno en que fue presentado, se decía, que nunca había sido expuesto de esa manera, en esa magnitud, y calidad en aquel lugar, para su cliente represento un éxito absoluto en distinción y calidad.

Gerónimo confió siempre en su amigo, sabía que solo en él lo podía hacer, y el éxito fue recompensado para todas las partes, pero su relación con su amigo, transito a una etapa avanzada, la cual cuenta el, mantiene una distinción como pocas en su vida.

Gerónimo cuenta que, su regreso anticipado nuevamente a la ciudad donde vivía, le dejo una última sorpresa.

Justo al llegar al aeropuerto de destino, toma el auto, junto a un amigo que lo fue a recoger, y deciden almorzar juntos y en el momento en que ambos se sientan a la mesa, el recibe una llamada desde la Habana, una llamada de la única persona que el añoraba rencontrar, y desde incluso antes visitar la isla sabia que no sería posible tal reencuentro.

Ese momento, el lo define como un antes y un después en su vida.

Así siguió pasando el tiempo, muchos eventos y circunstancias hicieron que esporádicamente volviera, hasta dejarlo de hacer por completo; pero nunca desde ese punto volvió a dejar de tener contacto más seguido con su amigo y su madre, pues ella lo trataba desde ese momento como un hijo más. Por lo general siempre que lo hacía, sentía la presencia de la novia de su amigo cercana en cada momento, la relación de Gerónimo con ella, la novia de su amigo, no transcendía más allá de ser la chica de la cual su amigo estaba perdidamente enamorado, sin dejar de reconocer su alegría y encanto natural, además de sus atributos de tan bella mujer, por lo cuales el comprendía que su amigo esta diluido en su cuerpo y su alma.

Sin embargo, en más de una ocasión ella, como de costumbre y en forma de llevar siempre la iniciativa, se comunicaba directamente con Gerónimo, en términos muy afectivos, por el cual, no estaba acostumbrado a ese tipo de afecto. De ella supo, que su amiga, la que no tenía preferencia sexual por lo hombres, había enfermado de una terrible enfermedad degenerativa, cosa que, en el fondo, conmociono mucho a Gerónimo, pues en el fondo el sentía que había sido un alma que había tratado de salvar, pasaron varios días después de aquella noticia, que esa chica no se alejaba de su mente.

Los días y las temporadas siguieron pasando, y en la redes sociales, Gerónimo cuenta que comienza a ver una chica identificada como Robertaa, que le parecía conocida, pero que por la calidad de las fotos, contexto y ubicación no lograba con seguridad darse cuenta que se trataba de la novia de su amigo, y en efecto logro confirmar que se trataba de aquella chica simpática, hiperactiva y bella descendiente de rusa, que para ese momento se encontraba por otras tierras, pero no entendía el porqué del seudónimo Robertaa, cosa que en la actualidad persiste y lo atribuye simplemente al carácter tan convulso, alegre, espontaneo y divertido de ella, además de presentarse como una emprendedora exitosa en el área estética de la mujer.

Como decía al comienzo, esta historia que Gerónimo me conto, fue motivada por un intercambio con Robertaa que tuvo horas antes de hacerme esta historia.

Cuenta que para su sorpresa Robertaa le comento porque sentía tanta empatía con él; ella le decía que él se parecía a su padre; Gerónimo hasta ese momento nunca había escuchado sobre su padre.

El le pregunto si el parecido le podía representar algún atributo positivo o negativo, a lo que ella contesta muy entusiasta que positivo, que lo que veía en él, tanto como en su padre era la tranquilidad que trasmitía, todo lo opuesto a como era ella, que quizás ese era uno de los motivos por los cuales ella y su padre no estaban juntos.

Gerónimo muy aliviado, me comento que, ante tal confesión, le había devuelto una gran satisfacción de alivio.

No me supo explicar el porqué; pero que ella lo comparara con su padre, y que lo describiera como a él y que dijera que eran las mejores personas que había conocido manejando el carácter pasible ante toda situación, solo eran ellos dos; Gerónimo entendió una vez lo que la vida enseña.

Ella, entre las cosas que le pidió fue que; no desperdiciara el talento que veía en el para la escritura. Que siempre que ella leía algo escrito por él, le transmitía mucha paz, llevaba para si cada letra a su realidad y eran de los momentos en que ella sentía tranquilidad a su alrededor.

Al mismo tiempo Gerónimo me conto que la conversación a pesar de haber tenido un sentido tan emocional para ambos, termino al estilo Robertaa. Ella como de costumbre impuso su esencia, esa chica bella de encanto natural, por la cual mi amigo se adentró en su ser.

Se despidió a su estilo dinámico y tempestuoso, le comento a Gerónimo que tenía que dejarlo, pues tenia que resolver un asunto, que tenía que ir a hacer un trueque, que ella tenía aceite y necesitaba mangos y que se había puesto de acuerdo con otra persona para el intercambio.

Una vez mas la vida, le demostró a Gerónimo que se puede vivir la vida y comprender a los demás a pesar de sus diferencias, no todos los valores y estilos de carácter pueden ser semejantes, las enseñanzas relacionadas con la contención son fundamentales en esos momentos en los que no te sientas a gusto, porque en realidad, en la vida las cosas suceden por algo que comenzaste tu mismo, y que tus propios pasos te guiaran hasta el final.

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