Sentimientos pospuestos

Hace apenas unos días, Gerónimo me conto, que una chica que trabajaba con él, que siempre esta al tanto de muchas novelas, fundamentalmente procedentes de Turquía, comentaba en voz alta, que las novelas siempre dentro de la trama tenían eventos que en la vida real no podían ser. Y que él le pregunto en concreto a que se refería.
Ella le respondió que estaba viendo en una de sus novelas una trama, que se refería al encuentro de dos personas que se habían amado en sus años de juventud y que con el paso de los años después de no tener contacto visual ni de ninguna otra índole, el amor aún se mantenía intacto en el momento en que se volvieron a encontrar.
Cuenta Gerónimo que, ante tal comentario, le respondió que estaba equivocada y mas que todo se debía a la poca experiencia que tiene por su corta edad, pues ella apenas sobrepasaba los 30 años.
Y le comenta, que él había escuchado muchas historias como esas, y que por supuesto esas historias solo podían estar asociada a personas de edad un poco más avanzada a la de ella. El cree que de alguna manera la hizo reflexionar sobre eso y pasado un rato, quizás una media hora, ella reacciono diciendo que sí, que realmente podía suceder, ya que ella misma, durante sus estudios universitarios de medicina, había conocido un chico procedente de Argelia que finalmente se separaron y no por desavenencia o falta de amor, simplemente porque él se debía marchar a otras tierras a continuar sus estudios y al no estar casados o haber tenido una relación mas duradera, decidieron separarse y hasta el día de hoy no se han vuelto a ver.
El le comento que quizás en estos tiempos de globalización y donde todos estamos más interconectados, donde la comunicación suele ser espontanea e inmediata, se vuelvan a reencontrar y pactar algún tipo de encuentro.
Pero lo que le motivo a contarme esta historia fue que esa misma noche el tuvo un sueño muy especial.
Según él, se veía en una sala de un hospital con una niña en sus brazos, la niña de apenas unos 3 años, junto a ellos dos una persona mayor, el abuelo de la niña.
El, Gregorio, no podía explicar si esa niña era su hija o no, pero si asumía la responsabilidad de hacer algo por ella, ya que su madre había muerto y él quería de alguna manera ayudar al abuelo y a la niña a que se sobrepusieran a esa situación.
Cuenta el que, en el sueño, mientras trataba de encontrar alivio para aquella niña y su abuelo, la persona del hospital que vienen atenderlo para su sorpresa era una mujer que conocía desde hace muchos años con un pasado en común, pero un pasado que solo ellos conocían y les resultaba casi milagroso, más sin embargo, no se atrevían a hablar sobre ese pasado, desde ese primer momento, estuvieron mas que todo concentrados en la recuperación de la niña.
Durante unos días, mientras la niña se recuperaba, esa persona con la que Gregorio se había rencontrado estuvo siempre a lado de él, y asumió también el papel protector de aquella familia, por la cual Gerónimo también se sentía comprometido. El solo llego a decirle en algún momento de esos días, que nunca había dejado de reafirmarse los valores que de ella había conocido desde sus años de juventud.
Cuenta que no sabe cómo pasaron unos días y se vio nuevamente solo en su casa, tranquilo, como si aquella situación de la niña nunca hubiera sucedido, pero que alguien toca a su puerta y cuando él le abre se da cuenta que era la misma mujer que días atrás había aparecido en el hospital, en esa ocasión, el nuevamente se volvió a impactar, pero al mismo tiempo, se daba cuenta que las intenciones que en esta ocasión traía ella estaban enmarcada en la decisión por parte de ella de reencontrarse con el nuevamente, y que ante tal sorpresa no presto atención a los detalles que la acompañaban.
El por supuesto que le dio acceso y le brindo espacio para que se pusiera cómoda, pero que paso mucho tiempo en que el se diera cuenta que debía responder de manera mas entusiasta frente a esa realidad, y que solamente cuando se acerco a ella para mostrarle su afecto, se dio cuenta que la acompañaba una pequeña maleta con algunas pocas pertenencias.
El asombrado por la maleta, le pregunta que paso y ella le respondió que era solo lo que necesitaba para comenzar una nueva vida a su lado.
Yo, ante esa historia que Gerónimo me conto, recordé lo que desde hace algún tiempo vengo pensando, el universo es una creación, bien sea por el creador o algunas creencias filosóficas sobre nuestra existencia, todo de alguna manera te conecta con algo, algo que siempre te hará recordar lo que verdaderamente será eterno dentro de cada uno de nosotros y que en la vida lo esperado puede ser que nunca llegue, pero que si hay cosas inesperadas que nos pueden cambiar la vida para siempre.

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