Ya todo lo demas sera un extra

Pineda Beach, a solo un puñado de millas al sur de Cabo Cañaveral, está entre las 72 millas de costa espacial de la florida con playas concurridas por muy pocas personas. Entre los lugares más emblemáticos de este lugar esta su base aérea de la Fuerza Espacial, Patrick; imagino estar en este lugar solitario acostado bajo una sombrilla de playa y escuchar el sonido de los jets y helicópteros preparándose para alguna misión; descanso perturbado.
 
Su costa, con una duna bien inclinada, una línea bien definida entre su arena gruesa y su pálida verde hierva, que por momentos muestra el espacio que el mar a tomado de su línea costera, se siente bien en ella, alejado de todo ruido de la ciudad. Otros espacios por el contrario muestra grandes áreas de arena, donde por lo general unos pocos solemos contemplar y escuchar el sonido que producen las olas al llegar a la orilla; en este silencioso amanecer se escucha una brisa tenue silbar cerca de mí, mientras las primeras luces del amanecer bailan sobre el horizonte al compás de las olas.
 
Tras manejar parte de la noche, en este lugar amanecí, bajo un manto de estrellas y luna creciente que por estos días a estado con nosotros.
 
Después de haber cumplido con ese deseo y disfrutar de ese bello amanecer tome rumbo más al norte, un día más en el Centro Espacial Kennedy (KSC), en esta ocasión recibí una invitación de la sociedad planetaria para fotografiar al SLS Rocket (cohete más potente jamás construido) desarrollado por la NASA, que llevara la próxima misión tripulada a la luna, como parte del proyecto Artemis I. Después de llevarlo hasta el PAD de lanzamiento 39B, para las pruebas finales prelanzamiento, la NASA decidió dejarlo un periodo de 15 días en la torre de lanzamiento antes de devolverlo al edificio de ensamblaje, e invito a algunos entusiastas y colaboradores para una sección de fotografía exclusiva y única de 50 minutos.
 
Me lleve para el trayecto mi música adquirida más reciente, momentos de gloria mientras manejo cerca del amanecer, con la mente enfocada en un gran día de mi vida.
Finalmente, tras llegar al centro espacial, sorteando todas las disposiciones de un día normal, comprendí una vez más, el interés que despierta la actividad de la NASA en muchas personas alrededor del mundo; autos de todos los estados del país se podían contabilizar; familias enteras que hablaban, alemán, español, italiano, japones, etc se podían encontrar de manera numerosa con sus hijos y más longevos, hasta una pareja recién casada, vestida aun de manera nupcial este domingo 10 de abril en el KSC visito el lugar.
 
Siempre es un momento de nervios cuando te tomas la visita en serio, a pesar de ser también un sitio turístico, no se olvidan que en ese lugar se esconden los mejores secretos de la agencia aeroespacial de los estados unidos, por lo que hay muchas normas que cumplir, además de todos los retos que se van encontrando visitar un sitio como ese, en mi caso, aunque había sido invitado a un evento concreto, todo el trámite llevaba el mismo rigor que cualquier visitante, que en realidad el rigor es poco, pero si otros adicionales por formar parte de un interés especial, ¡Nada está fuera del guion!
 
Disciplinadamente llegue con suficiente tiempo de antelación, una hora antes, me tome tiempo para llegar al punto donde debía presentarme, cuando lo hice, me acerque al área donde se toman los buses que transportan a los visitantes hasta el pabellón de Apollo-Saturn V, mostré mi invitación y un chico muy atento me dice:
 
¡Bienvenido al proyecto Artemis!, y se presentó como Erick, su acento me dijo que era hispano, cada día más común en florida; me coloco una manilla color roja y me pidió que siguiera la línea del mismo color que se encontraba dibujada en el piso a todo lo largo del trayecto; un camino diferente al resto de los visitantes que también debían tomar el autobús; la línea roja me condujo hasta un espacio aislado con unos pocos cómodos asientos de color negro que formaban un área cerrada y un texto color rojo, sobre una pared blanca que decía muy visiblemente, “Restricted Access – Kennedy Space Center Special Interest Tour”.
 
Fui de los primeros en llegar a esa área, pasado un rato continuaron llegando hasta completar más o menos unas 20 personas, algunas de ellas, visiblemente con muy buenos equipos de fotografía, mientras otras solamente con sus teléfonos en mano y las credenciales de invitación.
De manera puntual, llega un elegante autobús, visiblemente diferenciado del resto de los autobuses, mas que todo en su color y las imágenes alegóricas al Proyecto Artemis, se estaciona mucho más adelante, distante del área general de acceso a los autobuses, desciende de el una persona de avanzada edad, alta y robusta, vestido de pantalones cortos, cómodas zapatillas y camisa con el logo del centro espacial; se dirige directamente hacia el área donde nos encontrábamos y con una voz casi que de locutor o presentador de televisión, nos preguntas si estamos listo; se presenta y cordialmente nos comunica que, tanto el como nosotros, también tendría la posibilidad de visitar muy de cerca áreas del centro espacial, que no son frecuentadas por los visitantes, y que como regla, al asiento que eligiéramos dentro del autobús, no debía ser alternado en ningún momento que bajáramos o subiéramos del mismo. Luego de esas palabras de presentación y algunas reglas que cumplir nos invito a caminar hasta el autobús; que subiéramos de manera tranquila y disfrutáramos la estancia.
 
En mi caso, y a propósito, fui el último de la fila, al ser una invitación exclusiva y única, entre las actividades permitidas estaba hacer fotografía y quise tomar una instantánea de ese lugar.
Al subir de ultimo al autobús, de manera inmediata me llamo la atención la elegancia y la decoración; toda una alfombra simulando la superficie de la luna cubría el piso de este, la cubierta de los asientos decorados como una noche llena de estrellas y una música ambiental que olvidabas cualquier recuerdo terrenal.
 
Me fui casi hasta el final, desde atrás supuse que podría tener acceso visual a todo y a todos los que allí nos encontráramos; elegí sentarme a la derecha, no tenia idea como seria todo lo que habían programado para nosotros, y por eso, me asegure quedar del mejor lado para fotografiar una vez más el edificio emblemático de la NASA.
 
Comenzado el viaje, se encienden unos televisores que hasta ese momento no los había identificado, y comienzan a proyectar un video sobre el compromiso que estableció la NASA con el medio ambiente cuando se acento en ese lugar llamado Merritt Island de Cabo Cañaveral y declaro el sitio como un refugio para la flora y fauna típica del área. En realidad, toda el área que ocupa el centro espacial es un refugio de aves, cocodrilos, manatíes, incluso águilas que viven libremente en toda su superficie, cubierta de pequeños lagos, canales y vegetación típica de florida central.
 
Al estar cerca del edificio principal de la NASA, comienzo a fotografiarlo y me sorprende que el autobús gira hacia la derecha, no solo sentí yo una gran emoción, la mayoría exclamo jubilo, en realidad, nos estábamos dirigiendo a una zona jamás pensada anteriormente. Y la primera parada fue en las instalaciones secretas de Boeing, nos prohibieron hacer fotos en ese lugar, pero nos explicaron de manera general cuales eran las funciones de ese lugar, visiblemente resguardado de todas las demás áreas, en esa área en específico, solo tienen acceso los militares y civiles de proyectos avanzados de trabajo conjunto entre Boeing y NASA; continuamos al centro de prensa acreditada, al edificio principal de ensamblaje, al centro de operaciones y control de lanzamiento, al área de estacionamiento de los Crawler; eso dos vehículos de transporte de los cohetes hasta la torre de lanzamiento, que recorren unos 5.6 km con extremo cuidado y que tienen una garantía desde 1965 por 50 años o 5000 mil millas; estos dos vehículos los llamaron Franz y Hanz.
 
Luego, nos trasladaron directo hasta el área de lanzamiento, a pesar de estar en área de acceso al PAD, no nos dejaron tomar foto desde ese lugar tan cercano y nos llevaron hasta el punto de observación A B que está ubicado entre el PAD 39A y 39B, pudiendo fotografiar el sitio desde donde hacia solo dos días había despegado la nave de Space X con la misión Axiom Space trasportando 4 astronautas a la ISS, y donde se encontraba el SLS Rocket de la misión Artemis a la luna.
Esa área como dato curioso, lo que mas me llamo la atención fue, que además de tener algo así como una especie de observatorio y unos sistemas de cámaras guiadas por sensores térmicos, también preservaba un área protegida con sacos de arenas, como un puesto de observación y unos baños portátiles, los cuales inclusive a la distancia que se encontraban del PAD de lanzamiento, estaban asegurados con cadenas al suelo, en realidad todo artefacto visibles estaban codificados con números e iniciales y asegurados firmemente al suelo o vigas metálicas.
 
Todos los presentes se hacían fotografías con el SLS Rocket de fondo y al parecer, el chofer del autobús se dio cuenta que yo no tenía esa opción por estar solo; se me acerco para decirme que si yo quería él podía tomar mi cámara y hacerme la foto que me correspondía, cosa que le agradecí amablemente. Nunca se nos permitió hacer fotografía en espacios cerrados, todas las fotografías debían ser panorámicas y tomadas a considerable distancia del objetivo.
 
El clima estaba muy a gusto para la ocasión, algunos vestían abrigados por alguna prenda ligera, mientras otros como yo, solo llevaba un pullover alegórico al evento, la tranquilidad y el silencio que se podía sentir en aquel lugar solo era interrumpido por algún ave que volara sobre nosotros, contemplar en mar y toda vista a la distancia daba una sensación de inmenso placer.
Tras varios minutos disfrutando de aquella vista, nos comunican que debemos continuar el tour, volvimos nuevamente al PAD de lanzamiento 39B y aproveche nuevamente para hacer otras fotografías a una distancia mucho mas corta, a solo metros de la cerca que prohibía el paso a la torre de lanzamiento.
 
El final del tour, fue el trasladarnos hasta el pabellón Apollo – Saturn V, en el cual he estado en más de una ocasión y del cual regrese en un autobús de inmediato al complejo de visitantes para tomar mi regreso a la ciudad de Miami.
 
Nunca sabemos nuestros pasos hacia donde nos conducen, podemos tener una idea, un deseo, un objetivo o una vocación, pero la realidad simplemente puede ser otra y en mi caso, jamás imagine años atrás, que visitaría de manera exclusiva, tan exclusivo lugar de interés mundial. El primer libro que tome en mis manos con gran entusiasmo fue precisamente relacionado con la astronomía y eventos por aquel entonces enigmáticos y relacionados con el espacio y viajes espaciales. Saber que estuve, mas aun entre unos pocos, con esa posibilidad, son de los logros de los cuales me digo, después de esto, lo demás ya es un extra.
 
Durante el regreso, me sentí totalmente agotado, el largo día y las emociones, comenzaron a pasar factura ante tal recompensa y esfuerzo, de hecho, tuve que estacionarme en un apartado lugar a tomar un descanso antes de continuar, durante la experiencia de conducir solo largas distancias, he aprendido que, con solo tomar 30 minutos de sueño, es suficiente para continuar viaje de manera segura.
 
El programa espacial de los Estados Unidos representa un desafío y al mismo tiempo nos brinda grandes aspiraciones. El destino del ser humano es explorar, aprender y entender nuestro alcance más allá de lo que conocemos, ninguna casa es segura por siempre, la nuestra, el planeta tierra, no esta exenta de esa ley natural para nuestra especie y todos los organismos vivos con los cuales la compartimos.
 
Una pocas fotos como recuerdo de este día.

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